Ante la necesidad de generar información atractiva y fácil de comprender, las infografías se han vuelto una herramienta recurrente a la hora de querer comunicar e informar algo.
Las infografías son representaciones gráficas de información a través de imágenes, mapas, gráficos, iconos, datos y textos. Estos recursos logran captar la atención de los lectores, debido a que se concentra la atención en lo visual y son capaces de transmitir información clara y precisa.
Las podemos encontrar en la vida cotidiana dentro de noticias, libros de educación, campañas del gobierno, informativos de servicios públicos, manuales de productos, publicidad e incluso para informar sobre problemáticas.
Algunas de sus ventajas son que permiten a la audiencia consumir información compleja en poco tiempo y al ser digitales son muy fáciles de divulgar a través de internet.
Pero para que una infografía cumpla bien su función debe estar bien planteada, es decir:
- Escoger un tema, definir los destinatarios, recopilar información relevante y fuentes que otorguen credibilidad a los datos a entregar.
- Crear un esquema que permita distribuir la información de manera coherente y ordenada.
- Definir elementos del diseño, es decir el estilo visual: paleta de colores a utilizar, iconos, tipografías y otros elementos gráficos, es importante mantener una coherencia con los recursos utilizados.
Ejemplos de malas infografías:
Las dos infografías de la izquierda no cumplen con su función debido que abusan de recursos gráficos, no entregan información de manera ordenada, por lo cuál el lector no sabe donde concentrar su atención.
Al contrario la infografía de la derecha no resulta atractiva al lector, no posee variedad de iconos o imágenes y abusa de texto, debido a esto tiene un aspecto monótono.
Esta infografía fue desarrollada para ayudantía de Taller III con un tema libre utilizando el software Illustrator.
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